Entre la juventud y “el legado de aquellos que hicieron Patria”: la Mixta celebró su 108° Procesión Cívica
Encabezada por los alumnos de la institución, se trata de uno de los símbolos de las celebraciones de mayo.
“Que el fuego de la juventud mantenga encendida la llama del legado de aquellos que hicieron Patria”. Bajo este lema el Colegio Normal “Juan Pascual Pringles”, celebró una nueva edición de la Procesión Cívica, la 108°.
La tradición normalista, un símbolo de las celebraciones de mayo en San Luis, volvió a iluminar las calles puntanas con cientos de alumnos con sus antorchas y convicciones.
El punto elegido del acto central fue la esquina de avenida Illia y Mitre, a solo unos metros de la institución. El protagonismo de este año fue de los estudiantes de la promoción 2024 “Calevios”.
"Hace más de 100 años, un grupo de estudiantes pensaron en rendir homenaje a la Patria". De esta manera abrieron los chicos que transitan el último año.
Fue a las 18:38 cuando miembros del Regimiento de Granaderos a Caballo arriaron la bandera argentina y, segundos después, los abanderados, con todo el simbolismo patrio, inundaron el ambiente.
Según estimaron desde la Comisión Organizadora participaron estudiantes, profesores, egresados, integrantes de fuerzas de seguridad y representantes de distintos sectores de la sociedad puntana.
Entre los asistentes estuvieron el gobernador Claudio Poggi, el vicegobernador, Ricardo Endeiza, el rector de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Víctor Moriñigo, el rector de la escuela, Néstor Castro, el intendente de la ciudad, Gastón Hissa, el ministro de Educación, Guillermo Araujo, la presidenta del Concejo Deliberante, Agustina Arancibia Rodríguez, entre otros funcionarios.
En la previa, un rato antes de la procesión, los estudiantes mantuvieron un breve acto interno en la escuela junto a autoridades escolares, provinciales y municipales. Momentos después comenzó todo.
El encendido de la fuente con las antorchas y la presentación de la carroza tampoco faltó. Ésta última contó con insignias como las Islas Malvinas, un pañuelo de las abuelas de Plaza de Mayo y sables de San Martín y de María Remedios del Valle, patriotas históricos.
En el discurso impartido por los alumnos, se recordó la tradición de la procesión y a quiénes la iniciaron, y destacaron los 30 años de la consagración constitucional de la autonomía universitaria: “Significó la independencia política y administrativa, respecto a factores externos. Es nuestro deseo reconocer esta consagración fundada en la necesidad de evitar que los vaivenes del poder político introduzcan cambios arbitrarios”.
Castro fue otro de los oradores que trazó una analogía entre los alumnos y el espíritu de los patriotas de la revolución. “Traen consigo el fuego de la esperanza en conseguir un país mejor. Son el faro que nos orientan del camino a seguir”.
Por su parte Moriñigo destacó el rol en la comunidad del acto y cómo coincidieron en el mismo año el comienzo de la procesión y la reforma universitaria de 1918.
“Se hace un llamamiento a la época, a la calidad institucional, a la solidaridad y a la unión. Pero sobre todas las cosas se les habla cara a cara a los gestores de lo público, a las fuerzas vivas de nuestro San Luis con mucho espíritu crítico pero constructivo”, sostuvo.
Y agregó: “Mi mirada es de esperanza, más que nunca. Pero no esa esperanza de quien cree que algún pensamiento mágico nos salvará, que alguien se encargará, que algo o alguien que lo resolverá, sino de una esperanza salida del rumbo destinado a un bien común. Cómo no tenerla viendo la enorme emoción de los chicos en la procesión”.
Tras las alocuciones llegó el momento de partir por las arterias céntricas. La primera parada fue en la Iglesia Catedral donde fueron recibidos por representantes de diferentes credos.
La siguiente fue en la ex casa del gobernador, Justo Daract, ubicado sobre Colón y 9 de Julio y donde también funcionó el establecimiento educativo. Allí descubrieron una placa de forma conjunta los estudiantes y las autoridades.
La tercera y última fue en la escalera del Superior Tribunal de Justicia. Allí, tomó la palabra el presidente de la Corte provincial, Eduardo Allende que también fue estudiante del colegio.
“Reafirmamos nuestro compromiso que nos constituye como operadores judiciales, de impartir justicia de manera justa y a tiempo, que colabore en incrementar su confianza en el sistema judicial, tratando de acompañarlos y acompañarlas desde su rol más cercano y ciudadano, para facilitar el acceso a la Justicia que todos y todas merecemos”, dijo.
Y el cierre estuvo cargado de emotividad. Con lágrimas en los ojos se dio el pase de la antorcha entre la alumna de último año, Morena Castro Arrieta y Benito Sosa de Batista.
El amor entre todos los chicos y la alegría de completar una nueva procesión fue el broche cálido de una jornada fría.